Qué mejor consejo que el de Dios para escribir nuestra visión. En Habacuc 2:2 la Biblia dice:
“Y el Señor me respondió, y dijo: Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella.”
Lo primero que debemos hacer es escribirla.
En aquellos tiempos no existía el papel, se usaba grabar los textos en tablas, por eso que dice “declárala en tablas” pero su significado actual vendría siendo algo así como déjala plasmada en papel para que perdure o publícala para que permanezca.
Pero una de las cosas más importantes es que si escribes correctamente la visión los que la lean tendrán los elementos acertados para poder ejecutar su trabajo enfocándose en cumplir la visión.
Y no sólo eso, podrán correr, no sólo caminarán sobre la visión sino que podrán hacerlo de una manera rápida.
Una visión correctamente redactada provoca un sentimiento de premura por poner en obra el trabajo para llegar a la meta.
Por eso es tan importante redactarla correctamente. No se trata sólo de escribir “Vamos a ser los mejores” La visión debe encapsular todo aquello que el emprender ya vio a dónde quiere llegar y estas palabras deben activar a todo aquel que la lea.
Encontré una traducción que dice del mismo versículo:
“Y el Señor me respondió: Escribe la visión, y haz que resalte claramente en las tablillas, para que pueda leerse de corrido.”
Habacuc 2:2 Nueva Versión Internacional
Aquí veo dos cosas, aunque aparentemente diga diferente de la otra traducción, si lo analizamos llegamos al mismo punto.
Muchas de las visiones que leemos de las empresas dan flojera. Sólo leer la visión embarga un sentimiento de flojera. Tanto que muchas veces, pero muchas veces ya ni terminamos de leerlas.
Cuando una visión es correctamente redactada quedamos impactados de lo que se intenta hacer y quedamos preparados para ponernos a trabajar para llegar a la meta de dicha visión.
Por eso dice: “…y haz que resalte claramente en las tablillas, para que pueda leerse de corrido…” Si haces que resalten ciertas palabras, estratégicamente pensadas y laboriosamente seleccionadas, puedes hacer que el lector lea de corrido y termine de leer la visión, de tal manera que quede impactado.
Una visión mal redactada deja en el mismo lugar al lector.
Una visión correctamente redactada tiene el poder de mover al lector en el rumbo y dirección de la visión.
Armando Carrasco Z